Hola,
“El número 9 representa la culminación de los esfuerzos, el futuro a un ciclo superior… la apertura de la mente y del espíritu, la evocación humanitaria que busca auxiliar a quien lo necesita, es sensible, receptivo y reflexivo.”[1]
Curiosa interpretación al número que le toca a tu nuevo E-quilibrium. Encaja y ajusta en el tema al cual está dedicado este boletín, la meditación.
Caerás en cuenta de inmediato lo bien que van de la mano, Quiropráctica y meditación. Se alimentan y complementan entre sí.
¡Estamos centrados en ofrecerte contenidos que te inspiren una vida en Equilibrium!
La relación entre la Quiropráctica y el ejercicio de la meditación, no es obvia. Pero, bien que podría serlo.
Me aventuraría a ir más allá afirmando que, seguramente, entre los antiguos egipcios ambas cosas estarían relacionadas. Y no sólo entre ellos. También en las culturas ancestrales de Japón, Babilonia, de los Incas y de los Mayas, hay claros indicios de manipulaciones sobre el cuerpo y, más específicamente, sobre la espalda. No las llamaban Quiropráctica, pero el objetivo que perseguían entonces era el mismo que mantiene la disciplina actual, la salud y el bienestar de la persona.
De hecho, el griego Hipócrates (460-377 A.C.), padre de la medicina occidental, ya hablaba de dislocación de la vertebras y la relacionaba con parálisis de extremidades: “En su época se trataban los pacientes con lesiones espinales con inmovilización externa” [2]. Asimismo, afirmaba que cuando alguien estaba enfermo había que mirar primero su columna vertebral.
En cuanto a la meditación, su origen es también tan remoto como todo lo que tiene su inicio en la India. Podría decirse que alcanza su madurez sobre los hombros de Siddhartha Gautama (ss. VI-V a. C.), fundador del budismo, cuando sentado durante semanas bajo una higuera, adquiere la iluminación, convirtiéndose en un buda. Es decir, en alguien “despierto”.
Desde entonces, la imagen de Buda sentado en posición de loto con las piernas cruzadas, ha ocupado un lugar preminente en el patrimonio espiritual de la humanidad. Una imagen cuya espalda erguida, como condición inherente al ejercicio meditativo, resulta un dato relevante y significativo para la Quiropráctica.
Y aquí es adonde quería llegar o, mejor dicho, hasta donde quería conducirte.
La posición erguida de la meditación, con la columna vertebral recta, provoca exactamente el mismo efecto que una sesión quiropráctica: una paradójica combinación entre relajación y atención, profunda y simultáneamente.
Es una suerte de estado de vigilia, en completo descanso.
En la meditación como en la Quiropráctica se alinean pelvis, columna y cabeza para permitir el Equilibrio integral del cuerpo y, a la vez, la relajación muscular. En otras palabras, para que te des a ti mismo salud y bienestar físico,
Y espiritual.
Hay una peli estupenda que seguro habrás visto hace ya unos años, pero que aún la echan a menudo por la tele. Es una de esas pequeñas maravillas de Pixar-Disney que se disfruta aún más en compañía de los chavales. Se llama Del revés - o Inside out, en inglés -.
La película retrata magistralmente, con personajes de dibujos animados, una realidad tan cierta como científicamente probada: las emociones habitan en nuestro cerebro.
“El cerebro humano es el órgano que genera, interpreta e integra las emociones… El cerebro tiene módulos específicos para iniciar, entender, categorizar, memorizar y atender a una emoción.”[3]
Empiezan en el cerebro, pero “viajan” por la columna vertebral a todas partes del cuerpo. Las podemos sentir, dependiendo del tipo de emoción, en el estómago o en los intestinos o en la cara o en la piel; y tienen manifestaciones físicas muy diversas – sudoración, risa, escalofríos, lágrimas -.
Pero donde terminan alojándose y hasta escondiéndose, es en la espalda.
Varios ejemplos, muchos de ellos testimoniados comúnmente, lo confirman:
Por eso y para eso sirve y funciona la Quiropráctica.
Y meditar.
No, no me refiero a meditar todo el día. Sino a que todo el día sea meditar. ¿Pillas la diferencia?
¡Que el día valga la pena!, esa es la clave de la buena meditación. ¿Ahora si lo coges?
Te lo cuento y aterrizo más con una frase extraordinaria que hace bastante tiempo intento poner en práctica, día tras día: ser contemplativo en la acción.
No es un eslogan ni soy el autor de la oración. La escuché por primera vez de boca de una persona que aprecio mucho, y cuya vida y formación ha estado muy tocada por los jesuitas.
La expresión pertenece a Jerónimo Nadal, un compañero de Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús. Nadal sintetizaba así, en una sola línea, la biografía entera de Loyola:
“En todas sus cosas, acciones y palabras iba sintiendo y contemplando la presencia de Dios y aficionándose a las cosas espirituales. De este modo era contemplativo en la acción que solía explicar con la fórmula de que hay que encontrar a dios en todas las cosas”[4]
Esa frase, no sé por qué, me atrapa y seduce.
Soy cristiano. Formalmente, digamos. Pero ni soy muy religioso ni soy practicante.
Pero, te repito, ese pensamiento me engancha. Así que, sigo.
¿Contemplativo en la acción significa o es lo mismo que ver a Dios en todas las cosas? ¿A eso se refería Ignacio de Loyola? Imagino que sí. Sin embargo, tengo la certeza de que significan muchas cosas más. E igual lo fue para el santo jesuita, estoy convencido.
Fíjate en las palabras que antes cité: en todas sus cosas, acciones y palabras iba sintiendo y contemplando la presencia de Dios. No dice en la iglesia, frente a una imagen sagrada o apartándose de todo y de todos:
Lo percibía y veía, todos los días, en su hacer y decir.
Esa es, para mi justo entender, la esencia de la meditación. Esa es la cuestión.
Declino hablar acerca del tema de Dios. Es algo no sólo íntimo y personal, seas o no creyente, Me parece que se ha dicho mucho e innecesariamente. Intuyo el Silencio como mejor opción ante Él o el tema; es lo adecuado frente a un sujeto inasible e inabarcable. Dime tu, si no…
Lo que sí no escapa a mi comprensión, es la inagotable capacidad que tenemos los seres humanos de maravillarnos, de sorprendernos.
Así, en pura y concentrada pasta hecha de material humano: sé y puedo maravillarme y sorprenderme con todas las cosas, acciones y palabras.
Ese es el secreto de la buena meditación. Creo.
Por eso, la postura para bien meditar es un momento segundo y subordinado al más importante de todos: la actitud. Meditar es antes tener la pose-el horizonte-la humildad desde donde me sé inmensamente importante porque soy quien soy, frágil y pequeño.
“La contemplación es, por tanto, más una actitud fundamental - salir de sí para dejarse empapar…- más que una técnica - por importante que ella sea- donde la meta es más llegar al vacío existencial y al silencio absoluto, que la de sentirse, en el fondo de uno mismo - en `quietud´ y `trasparencia´-.”[5]
Ahora sí, con ese sentido de gratuidad, podemos sentarnos a meditar. O Hacerlo caminando. O cerrando los ojos unos minutos.
Adentrándonos en nuestra respiración y tomando consciencia de nuestra posición corporal – recta, como si estuviésemos siendo sostenidos por un hilo leve pero firme – y de nuestro cuerpo entero.
¿Las técnicas? Hay muchas. Explora y escoge aquella que se ajuste mejor al objetivo, Ser contemplativo en la acción.
Trabaja mientras tanto y siempre en lo que nada ni nadie puede darte, la actitud.
Para lo demás, sigo a tu orden: tu espalda, tu salud, tu bienestar.
Namaste,
y Amén.
REFERENCIAS:
[1]https://sermasyo.com/significado-del-numero-9-idealismo-y-sabiduria-al-servicio-de-la-humanidad/
[2]https://www.researchgate.net/publication/267546269_Historia_de_la_Medicina_Historia_de_la_Cirugia_de_Columna_y_Medula
[3]https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/d6dac5c4-cfeb-425b-8bf3-4c6fd0c0bd98/emociones-en-el-cerebro#:~:text=El%20cerebro%20humano%20es%20el,pero%20s%C3%AD%20muchas%20de%20ellas.
[4]https://xdoc.mx/documents/contemplativos-en-la-accion-5f18af2b70035
[5]https://espiritualidadignaciana.org/contemplar/
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