Hola,
Cuando a las seis veas oscurecer otoño seguro es, dicen.
Curiosa coincidencia entre el refrán y este nuevo número de E-quilibrium. Llega a tus manos, justo a las puertas del otoño.
De vuelta al trabajo, al cole; a una nueva estación. Se cierra un ciclo y volvemos a comenzar otro. Igual, pero distinto… O totalmente distinto. Depende de lo que elijas priorizar a tu vuelta.
Si fuese, ¡por fin!, que has decidido adelgazar o, mejor dicho, comer bien: ¡bienvenido a este boletín, dedicado a la relación de provecho que debe mantenerse entre estómago y espalda!!!
¡Estamos centrados en ofrecerte contenidos que te inspiren una vida en Equilibrium!
Voy montado en el coche, de vuelta a casa con mi familia. Mi esposa mira al frente, sonrisa suave y rostro plácido, ausente de toda preocupación. Mi hija, sentada atrás, ve pasar el paisaje; su hermano, al lado, cabecea y dormita.
Mientras conduzco me percato de los y tantos pensamientos que también viajan conmigo… Algunos, estoy seguro, coincidirá con los tuyos: cargados de buenas y renovadas intenciones, y de su respectiva dosis de incertidumbre.
Bajo la mirada. Apenas un par de segundos. Los necesarios para ver que la curvatura de mi barriga se ha desplazado… hacia adelante. - Ligeramente, ¿quizás?, me digo a mi mismo; como para restarle importancia.
Y listo. Aquí estoy, otra vez: renovando la intención de adelgazar y, al mismo tiempo, sintiendo la incertidumbre de lograrlo.
En mi auxilio acude el aprendizaje que nutre mi particular filosofía quiropráctica de la vida, la que he ido adquiriendo con mi ejercicio profesional. Entonces, recuerdo una buena lección: Antes de pensar con la barriga debo pensar con la espalda.
Con otras palabras, ya podré poner atención a lo que como que, si mis hormonas no están estables, no podré variar ni el peso ni el radio de mi cintura.
Esto es así porque la columna vertebral está conectada con el hipotálamo. Este, a su vez, tiene a su cargo las hormonas responsables del peso y volumen de los músculos. Por tanto, cuando te ajusto la espalda lo que hago es restablecer el equilibrio químico-hormonal que has de mantener dentro del sistema nervioso de tu cuerpo.
Doy fe de cómo la quiropráctica, en conjunción con una dieta adecuada – el comer bien – y un programa de ejercicios, ayuda a mis pacientes a perder peso de manera rápida, efectiva y como parte de un mayor bienestar general del que disfrutan.
Curiosea en las siguientes secciones. Ahí sugiero algunas medidas que aliviarán tu peso. No sólo el peso físico. También el emocional.
La espalda es un libro abierto para quien lo sabe leer.
Es lo que hago regularmente, todos los días, cuando veo y palpo la espalda de cada uno de mis pacientes.
Identifico las vértebras que estén desplazadas de su lugar correcto – lo que se denomina subluxación --. Así “leo” en tu columna las dolencias que puedas tener y los órganos que puedan estar aquejados, a consecuencia de un sobrepeso.
En este sentido, son característicos algunos dolores de articulaciones o de músculos, así como de órganos – páncreas, por ejemplo - que, al ser exigidos de más en sus funciones digestivas, se alteran o indisponen.
Un cambio de peso es un cambio en tu metabolismo.
Por eso, ajustarte la espalda es equilibrar tu sistema nervioso, tu metabolismo.
Me resulta curiosa esta práctica tan frecuente, durante el descanso estival, de hacer balance de la propia vida, de ponerla en perspectiva.
Proponerse hacer dieta no resulta ajeno a esa oportunidad de autoevaluación. Te aseguro que, si no en este momento, es algo que te plantearás el próximo primero de enero de 2022, cuando te levantes de la cama y te mires al espejo.
Lo hagas ahora o después, te pido por favor, te preguntes con entera y cruda honestidad: de qué peso te quieres librar, ¿del de la barriga?, ¿el de la espalda?
O, ¿del de la cabeza?
De la espalda hemos dicho ya unas cuantas cosas. Voy ahora con la cabeza. Es la que lleva siempre mayor peso, física y mentalmente.
Ajustar regularmente tu espalda es necesario e imprescindible. Estamos de acuerdo. Pero no puedes dejar de lado los ajustes necesarios para lo que pasa dentro de tu cabeza. Es decir, con lo que sientes; tus emociones.
Veamos algunos consejos sencillos y directos que, desde el punto de vista de la alimentación, aliviarán tu peso estomacal.
Dile dieta, si quieres. Yo prefiero llamarlo, comer bien.
Para comer bien lo primero es, sentirte a gusto contigo mismo. Tu objetivo principal no consiste en bajar de peso sino en incrementar tu felicidad. Es decir, tienes que aumentar las hormonas de la felicidad: la serotonina y la dopamina.
Sí, las hormonas, otra vez.
La serotonina es un neurotransmisor que actúa en la regulación de tu estado de ánimo y de tu estrés. Y para que tus neuronas produzcan serotonina necesitan un aminoácido que se llama triptófano. El triptófano está presente en unos cuantos alimentos, ya verás en cuáles.
La otra hormona importante, en lo que a tu mundo emocional respecta, es la dopamina. También es un neurotransmisor que mejora el ánimo y el impulso sexual – cuando hay deseo, ambas cosas están presentes, ¿verdad? -. Y para que tus neuronas produzcan dopamina necesitan un aminoácido. Se llama fenilalanina.
Ahora sí, los alimentos. ¿Cuáles son los que contienen triptófano y fenilalanina?
No te voy a dar una dieta, conste. Te nombro varios alimentos que ayudarán a tu organismo, dentro de la dieta que decidas hacer, a producir estas hormonas. A “fabricar” tu felicidad:
Luego, está la leche que, adicionalmente, tiene un efecto calmante. Pero ya sabes que, por otras razones, la lactosa, por ejemplo, podría ser contraindicada.
En todo caso, tanto la leche como cualquiera de los alimentos que te he enunciado, son para ser saboreados pausadamente. Sin excesos.
Así que, mastica lentamente, ¡y disfruta!!!
¡Nos vemos pronto en Equilibrium!
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