Hola,
No hay quinto malo, dicen.
En E-quilibrium creemos en el significado de esa expresión, por una razón tan simple como imbatible: el esfuerzo persistente y continuado lleva al triunfo, ¡siempre!
De eso va este boletín N⁰ 5, de aprender de los pasos dados para ir hacia adelante.
¡Estamos centrados en ofrecerte contenidos que te inspiren una vida en Equilibrium!
La risa de mis hijos jugando en la orilla y el gesto relajado del rostro de mi esposa oteando el horizonte, son los vídeos que acabo de hacer de ellos. Pero sin cámara, sin móvil. Con los ojos cerrados.
Tomo aire, profundo. Es así como caigo en cuenta del largo rato que mi espalda ha estado en contacto con la arena de la playa.
Sigo prestando atención y escucho todos los sonidos que me llegan…
¡Estamos de vacaciones!
Vuelvo a pensar en la espalda. De cómo he dedicado más de 20 años a mirar, precisamente, atrás. En las espaldas de cientos y cientos de pacientes quienes, mediante su agradecimiento y bienestar, me han concedido eso mismo a mí.
Recuerdo cuando, hace ya siete años atrás, el 31 de julio de 2014, escribía en el blog de Equilibrium acerca de la relevancia que para nuestra vida tiene el cuidado de nuestra columna vertebral:
“De acuerdo con la American Chiropractic Association (Asociación Americana de Quiropráctica), el dolor de espalda a nivel lumbar es la primera causa de discapacidad a nivel mundial. Adicionalmente, el dolor de espalda constituye la segunda razón más común por la cual se visita al doctor.
Existen diferentes razones por las cuales puede aparecer el dolor de espalda, desde lesiones deportivas, accidentes, artritis, obesidad, estrés, pérdida de hueso, etc., hasta simples movimientos cotidianos como levantar algo del suelo. Así pues, la manipulación vertebral realizada por el doctor en Quiropráctica es un tratamiento seguro y efectivo que reduce el dolor, la necesidad de ingerir medicamentos para el mismo y favorece el proceso de rehabilitación física del paciente.”
[1]
La columna vertebral es sostén fundamental de nuestra salud. Es un hecho que debemos asumir y tener presente, a efectos de poder tener una vida sana y de provecho.
Por eso, desde mi enfoque profesional Quiropráctico, me tomo la libertad de interpretar el significado del número 10 que llevan en el dorsal los mejores deportistas como, ¡la mejor espalda!
Mirar por ella es mi especialidad.
Pero a ti te toca la responsabilidad de prolongar tu salud y bienestar - y la de los tuyos -, antes, en y después de vacaciones.
¡Feliz verano!
La espalda es un libro abierto para quien lo sabe leer.
Y el quiropráctico es, precisamente, un lector aventajado. Porque, entre la columna vertebral y el conjunto de nuestro organismo hay una relación directa.
Dado el hecho de que la columna vertebral y los órganos de nuestro cuerpo están conectados por la red de nervios del sistema simpático y parasimpático, quien sepa leer tu espalda entenderá también cómo te sientes, física y emocionalmente.
Hay una correlación anatómica entre la espalda y el resto de tu cuerpo. Es por esa razón que cuando estás en Equilibrium palpo con mis manos tu espalda. Así miro el grado de desajuste que pueda haber entre tus vértebras y a lo largo de toda la línea de recorrido de la columna.
Al ajustarte no hago otra cosa que devolver a su correcta posición y trayecto, toda tu columna vertebral. Y con ello, se restablece el equilibrio en el flujo de información que corre por tu sistema nervioso hasta todas y cada una de las partes de tu cuerpo.
Como podrás deducir, no es en balde la metáfora que coloqué en el título de este Quips, la del guardaespaldas. Porque es que hago, literalmente, lo mismo: cuidar y proteger tu espalda.
Es decir, tu vida.
Me resulta curiosa esta práctica tan frecuente durante el descanso estival de ponerse uno a hacer balance de la propia vida, de ponerla en perspectiva.
Supongo tendrá algo que ver con la pausa misma, con el antes y después de las vacaciones. Es una suerte de suspensión del tiempo, que hace propicia la introspección.
¿Ir para atrás para coger impulso? Exacto. No es una recomendación. Es imprescindible hacerlo para lograr avanzar de manera efectiva y eficiente.
Si alguien entendió bien esto y lo aplicó, no sólo para sí mismo sino para su país entero y en medio de unas circunstancias históricas tan adversas, fue Winston Churchill. El gran mandatario inglés solía decir que: ¡Cuánto más atrás puedas mirar, más adelante verás!!!
No se trata de echar un vistazo al propio pasado para despotricar o arrepentirse de él.
Al contrario. Sea que lo consideremos bueno o no, invariablemente sacamos aprendizaje de la revisión de nuestra historia y, de esa manera, nos beneficiamos. Como mínimo nos resulta útil para no volver a cometer los mismos errores.
Mirar atrás nos permite anticiparnos a lo que podemos hacer bien y mejor. Nos ayuda a ponernos en el lugar de los demás. Nos otorga, en definitiva, pensamiento de perspectiva.
Hemos de agradecer, por tanto, todos y cada uno de los capítulos de nuestro pasado.
Del presente sólo voy apuntar esto: caminar ligero. Eso es todo. Porque eso lo es todo.
No te cargues de más. Sobre todo, no te cargues de pasado. Ni de futuro. Sólo así, se puede vivir a plenitud. Es decir, con pasión.
Ese es el medidor de una vida centrada en el presente: la pasión.
Quien agradece su pasado y le apasiona su presente, no puede tener sino esperanza. Y la esperanza es el futuro. Su enemigo, la angustia, la ansiedad.
El éxito no ocurre por casualidad. Es sólo el desenlace de una vida comprendida desde el pasado pero vivida para ir continuamente adelante.
Lo ha resumido de forma sencilla y magistral, el papa Francisco:
¡Mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza!
Por cierto, ya estaba olvidando contarte quién es el joven sentado en la foto de arriba. Está en Zaragoza, en la Plaza de San
Felipe. Realizada en bronce por el escultor, Santiago Gimeno, la llaman allá así: Muchacho mirando el pasado…
A mí me gusta mucho.
¡Nos vemos pronto en Equilibrium!
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