De vuelta.
Quirosofía
Re-ciclamos
El término del ciclo de las vacaciones es el principio del de la vuelta: al trabajo, al cole, a las tareas.
Retomamos donde lo dejamos, con el deseo y empeño porque todo sea mejor.
En Equilibrium deseamos que tu descanso estival haya sido de provecho, para ti y los tuyos.
La Quiropráctica es también eso mismo, un tratamiento de reciclaje:
Tanto en cuanto las tensiones nerviosas, los movimientos inadecuados de nuestro cuerpo o el cansancio, forman parte de nuestro ciclo diario de vida, debemos reponer nuestra salud y energía.
Ajustarse regularmente la espalda te dispensa volver a empezar cada día, a plenitud.
Quips
Toca revisión y mantenimiento.
No se va al dentista únicamente cuando tenemos dolor de muela.
Tampoco llevamos el coche al mecánico sólo cuando presenta un desperfecto.
Ambos cuidados demandan lo mismo que la Quiropráctica: revisión y mantenimiento.
Al venir regularmente a Equilibrium logras evitar las manifestaciones que afectan tu calidad de vida; para empezar, el dolor de cuello y de espalda.
Ajustarse sistemáticamente la espalda te ayuda a mantener tu sistema nervioso en perfecto equilibrio; para beneficio de tu organismo y de las funciones de los órganos de tu cuerpo.
Es simple y sencillo el objetivo que perseguimos contigo, en Equilibrium: favorecer tu bienestar y calidad de vida.
O, lo que es lo mismo, que hagas otra vez y siempre lo que más te gusta.
Equilibrium Vitae
Registra tus emociones.
En el anterior boletín nos sugería María Álava [1] que registremos lo que ocurre “cuando nos sentimos mal: dónde estamos, qué hacemos, con qué personas, qué sentimos a nivel fisiológico y, lo más importante, qué estamos pensando en esos momentos." [2]
A tal efecto, echa un vistazo al cuadro que anexo. Puede servirte de modelo para, al menos durante una semana, tomar nota, identificar y analizar lo que sientes cuando te sientes mal:
- Día y hora: 30 de febrero de 2024 09:15
- Situación (Dónde estamos, quiénes y qué estamos haciendo):
Estoy en una cafetería con mi novia tomando una gaseosa; estamos discutiendo porque no la veo cariñosa conmigo
- Respuestas fisiológicas (Qué sentimos a nivel físico):
Me sudan las manos, siento presión en el pecho y tengo ganas de llorar
- Respuestas cognitivas (Qué estamos pensando en esos momentos): ¡No puedo más!, ¡Nunca me ha querido!, ¡Es imposible vivir así!
El propósito de esto no es otro que el de validar o desechar pensamientos “irracionales” y transformarlos en emociones y comportamientos más adecuados, a la luz de tres tipos de bloques de preguntas. Son los siguientes:
“1. Las que intentan evaluar la evidencia, la consistencia lógica y la claridad semántica:
- ¿Dónde está la evidencia de que esto es como yo me lo digo?
- ¿Puedo probar esto que me estoy diciendo?
- ¿Puedo demostrarlo?
- ¿Por qué es eso verdad?
- ¿Es eso una buena prueba?
- ¿Dónde está escrito que eso es así?
2. Las que intentan analizar el tipo de consecuencias y la trascendencia de lo que pienso:
- ¿Qué ocurriría si las cosas son como pienso?
- ¿Por qué sería tan terrible?
- ¿Qué consecuencias tendría?
- ¿Puedo encontrarme bien aun cuando esto sea así?
- ¿Puedo estar contento incluso si no tengo lo que quiero?
3. Preguntas que intentan analizar a qué le conduce pensar de esa forma:
- ¿Me es rentable pensar como pienso?
- ¿Merece la pena arriesgarme?
- ¿Qué consecuencias tiene para mí pensar de esta manera?
- Si pienso así, ¿soluciono mis problemas?" [3]