Bye, Summertime.
Quirosofía
¿Qué te dejó Verano?
Un largo y ardiente verano. Eso hemos tenido este pasado agosto.
Si ajustarse la espalda es un reinicio corporal que nos reporta la salud necesaria para una vida de bienestar, las vacaciones de verano, con toda su calidez, hacen otro tanto.
Retornamos a nuestras labores y responsabilidades, recargados y con ilusión.
Es un ciclo que elegimos llevar a cabo desde la condición ineludible que tenemos los humanos de superarnos, cada vez más y más.
Condición que retrata de magnífica manera un pasaje de la canción
Summertime, que inmortalizara Louis Armstrong:
Una de estas mañanas te vas a levantar cantando
y luego extenderás tus alas y tomarás el cielo.
En Equilibrium deseamos que tu descanso estival haya sido de provecho, para ti y los tuyos.
Quips
El sol a tus espaldas.
¡Eres un sol!
Seguramente habrás escuchado o, mejor aún, te habrán halagado alguna vez con esa expresión.
Pues bien, se nos ocurre comparar los beneficios que aporta el sol a tu espalda, cuando estás en la playa, con los que recibes aquí, cuando vienes a Equilibrium:
- Reducimos tus niveles de estrés
- Te ayudamos a incrementar la calidad de tu sueño y descanso y, también,
- Te potenciamos tu sistema inmunológico
Adicionalmente, aunque eso te lo regala sólo el astro solar:
- Ganas en vitamina D, lo cual fortalece tu columna vertebral
Toma sol. Ajústate la espalda. Y disfruta.
Equilibrium Vitae
Racionalizar tus emociones.
Hace 500 años a.C., el filósofo Heráclito de Éfeso postuló el triunfo de la racionalidad sobre la irracionalidad. El primero de esos rasgos nos define como seres humanos.
Es bueno recordarlo porque, como apuntábamos en el boletín previo, las emociones y sentimientos se originan en nuestro Sistema Nervioso Autónomo; es decir, son “irracionales”
También señalamos que hay técnicas (racionales) para mantener bajo control nuestras emociones y sentimientos.
María Álava [1] encabeza sus recomendaciones, invitándonos a contrastar con la realidad las ideas irracionales que solemos repetirnos.
Las creencias irracionales más comunes, de las que hay que cuidarse, son de tres tipos:
- Los ‘Debería’, ‘Tendría’ y los ‘Condicionales’
- Pensamientos ‘acientíficos’
- Pensamientos ‘catastrofizantes’
Las primeras son esas frases típicas, que lo que hacen es generar ansiedad:
- Yo debería haber terminado mi carrera…
- Yo tendría que conseguir que todo saliera bien…
- Si yo hubiera hecho lo correcto, ahora no estaría así…
- Los jefes deberían ser todos competentes…
- Mis compañeros tendrían que mostrarse más amables conmigo…
- La sociedad debería o tendría que…
- Los demás deberían o tendrían que…
Pensamientos ‘acientíficos’ son esas otras expresiones que tienden a la generalización y son innecesariamente tajantes:
- Siempre
- Nunca
- Todos
- Nadie
- Nada
- Necesito
- No puedo (soportar)
Y, por último, están los pensamientos que consideran las situaciones como algo irremediable:
- Horrible, terrible
- Espantoso, horroroso
- Catastrófico, fatal
“¿Cómo actuar? Evidentemente, tomando distancia y siendo consciente de esos pensamientos que disparan o activan nuestra parte más irracional… Nos obligaremos a registrar literalmente qué ocurre cuando nos sentimos mal: dónde estamos, qué hacemos, con qué personas, qué sentimos a nivel fisiológico y, lo más importante, qué estamos pensando en esos momentos." [2]