Táctica y estrategia.
Quirosofía
El cuidado Quiropráctico es:
Estrategia.
¿Qué va primero en Quiropráctica? ¿La táctica o la estrategia?
La táctica, tristemente.
Porque ha faltado estrategia, es que hay que acudir a tácticas Quiroprácticas y aplicarlas.
La espalda es la estrategia de salud de nuestro cuerpo. Lo que quiero decir, como en otros E-quilibrium he apuntado: la espalda es un mapa o, mejor dicho, una brújula que dirige al Quiropráctico.
En su “recorrido” por la columna, el Quiropráctico identifica los desajustes o subluxaciones que, como consecuencia de las mismas, perturban, molestan o terminan de perjudicar, no sólo a zonas musculares de la espalda sino, también, a órganos y sistemas del cuerpo.
Al ajustar tu columna, lo que hago, entonces, es restablecer el balance de tu sistema rector de salud, a la estrategia de salud de tu cuerpo.
Y vuelves a tener una distribución de energía saludable o de salud energética equilibrada, que circula fluidamente por todo tu cuerpo.
Lo otro que hace de tu espalda una estrategia de salud es que, es una visión y misión de largo plazo: comienza en el ahora, pero se debe llevar a cabo ahora y siempre.
La Quiropráctica es eso mismo, una estrategia de largo plazo que te reporta salud y bienestar, sí, hoy, en este preciso momento que te ajustas, pero en la medida que se hace estrategia de cuidado del cuerpo, es para toda tu vida.
Quips
El cuidado Quiropráctico es:
Táctica.
No siempre te ajusto la espalda de manera exactamente igual.
Mantengo la estrategia, por supuesto: alinear tu columna.
Pero, para ello, varío las tácticas.
Los ejercicios o maniobras que realizo sobre tu espalda, pies y piernas, cadera, cuello y cabeza, no siempre son los mismos.
Cambian, dependiendo del diagnóstico que arroja tu espalda, del tipo de subluxación que reconozco y de la zona en la que se encuentra; o, también, según el dolor y tipo de dolor que puedas tener.
Entonces,
ejecuto la maniobra específica que le corresponde a ese desajuste. Punto por punto del recorrido, las tácticas de ajuste van devolviendo a tu columna vertebral la alineación correcta y el equilibrio completo a tu cuerpo.
Y tu bienestar, vuelve a entrar en estrategia.
Equilibrium Vitae
¿Dudas de ti? Falta estrategia.
¿Te afecta lo que dicen de ti? Falta táctica.
¿Qué va primero en el trabajo de creer en nosotros mismos?
La estrategia. Pero lo que nos hace débil la estrategia, es la falta de tácticas.
Recientemente “me cayeron” dos artículos cuya complementariedad, aunque me sorprendió, por oportuna y pertinente, no creo haya sido una coincidencia. Creo que, mi sentido alerta y exploración, me encontró listo y preparado para recibirlos.
El primero de los escritos
[1]
aborda, justamente, un tema estratégico: ¿por qué dudamos de nosotros mismos?
“Aunque uno se considere una persona confiada y segura de sí misma, todos, en mayor o menor medida, hemos sentido alguna vez en nuestra vida inseguridad; hemos dudado de nuestra valía, de nuestra capacidad, en definitiva, de nosotros mismos.
“Tal vez la duda haya aparecido tras un rechazo amoroso; o en los minutos antes de una entrevista de trabajo; o cuando recuerdas algún error del pasado y, muy pegado a ese pensamiento (recuerdo en ese caso) aparece una narrativa interna que nos habla de que ‘tal vez no seamos lo suficientemente buenos’.
“Las redes sociales son un acelerador de este tipo de pensamientos negativos sobre uno mismo, ya que uno de los desencadenantes más comunes de la duda de uno mismo es precisamente la comparación social. Las redes sociales son como el escaparate de los logros y virtudes de los otros. Para algunas personas, solo el hecho de ver el éxito ajeno actúa como un disparador de la duda sobre uno mismo.”
Es aquí donde, el segundo escrito, Qué hacer para que no te afecte lo que piensan de ti
[2], ofrece unas recomendaciones claves, tácticas, sencillas de enunciar pero que no debieran ser arduas de aplicar en la propia vida:
“Trabajar el que no nos afecten las opiniones ajenas no es tarea fácil… el primer paso puede ser darnos la oportunidad de conocernos mejor a nosotros mismos. Esto significa darnos cuenta de nuestras virtudes, pero también de nuestros defectos. Darnos cuenta de nuestras imperfecciones y nuestra vulnerabilidad y abrazarla, en definitiva, aceptarla. Este es un trabajo en nuestra propia autoestima. No hay mayor demostración de una baja autoestima que esa necesidad de aprobación constante. Esto, junto con el conocimiento de 'los derechos asertivos' son una combinación perfecta para dejar atrás esa dependencia a lo que piensen los demás de nosotros», explica.”
Quizás la tarea que deba quedarte sea tan simple como repetirte, esos derechos asertivos
[3]. Así que, dilos, tengo derecho:
A ser tratado con respeto y dignidad.
A tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
A ser escuchado y tomado en serio.
A juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones.
A decir “NO” sin sentir culpa.
A pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también mi interlocutor tiene derecho a decir “NO”.
A cambiar.
A cometer errores.
A pedir información y ser informado.
A obtener aquello por lo que pagué.
A ser independiente.
A decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, mientras no se violen los derechos de otras personas.
A tener éxito.
A gozar y disfrutar.
A mi descanso, aislamiento, siendo asertivo.
A superarme, aun superando a los demás.