Ya corren las otras 26.
Quirosofía
¡La espalda es tu presente!
Aférrate a tu presente.
Aférrate a tu espalda.
Luego de unos cuantos años de estar ajustando las espaldas de mis pacientes, me di cuenta que, justamente, la espalda bien cuidada es el presente perfecto.
Por un lado, desde el punto de vista de la actividad que ejerzo diariamente, descubrí que, en el proceso de ajuste, alcanzo tal nivel de concentración que nada me distrae: no hay música – que la hay -, no hay otras personas – que las hay -:
No hay más nada que la espalda de la persona que atiendo en ese momento.
Es como si, digamos, todo estímulo que pudiese percibir, ajeno al ajuste que
en ese momento llevo a cabo, se anulase o pasase a un segundo plano, de fondo, lejano.
Dije bien, en ese momento. En ese presente. En esa espalda, la de mi paciente.
El día que tuve profunda consciencia de ese momento justo, supe igualmente lo que estoy intentado comunicarte:
la espalda es presente perpetuo.
Tomar conciencia de la espalda es tomar conciencia de ti mismo.
Porque la espalda te avisa en qué tiempo estás.
Si te duele, es señal de las cosas que no andan bien en tu cuerpo, desde hace algún tiempo. Te advierte. Te invita a actualizar tu bienestar, a estar bien ahora. En el presente.
Porque la llevas contigo siempre. Si te pesa, es pasado que pesa.
Porque si no te pesa, estás en modo presente: pleno en tus facultades.
Porque, cuando está bien, te hace sentir bien, saludable, en tu cuerpo. Contigo mismo. Aquí y ahora.
Porque cuando tu columna vertebral está alineada, te otorga la reconfortante experiencia de saber que todo va a estar bien.
Porque te abre al futuro. A uno siempre mejor.
Quips
Presente simple:
Yo cuido mi espalda.
En inglés, el
simple present es, en castellano, el tiempo presente.
El presente simple forma parte del vocabulario que permite describir las acciones que ocurren en el momento en que estás hablando o que son parte de tu rutina diaria.
Eso es exactamente la Quiropráctica: un conjunto de acciones que ocurren en el momento del ajuste de la espalda y que, debe ser, también, una rutina. Un hábito.
En el momento del ajuste, sientes.
Sientes su efecto. Y pasas del desajuste que traías, a estar ajustado. A sentirte mejor. Al presente.
No es fácil deslastrarse de lo que te ha hecho daño en la espalda. O sí.
Sólo tienes que estar presente, en E-quilibrium.
Y vuelves a estar bien, otra vez. Una y otra vez que vienes.
¡Tenlo presente!
Equilibrium Vitae
La balsa es tu pasado.
¿La llevas sobre tu espalda?
“Supongan, dijo, que un hombre se encuentra frente a un gran río. Si necesita cruzar a la otra orilla, pero no hay ninguna barca para llevarlo, ¿qué haría? Cortaría algunos árboles, los ataría y construiría una balsa.
“Luego se sentaría en la balsa y usando sus manos o ayudándose de un palo, se impulsaría para atravesar el río. Al llegar al otro lado, ¿qué haría?
“Abandonaría la balsa porque ya no la necesita.
“Lo que no haría sería, pensando en lo útil que le había sido, cargarla sobre sus espaldas y continuar el viaje con ella a cuestas.
“De la misma manera, mis enseñanzas solo son un medio para alcanzar un fin. Son una balsa que os transportará a la orilla del otro extremo. No son un medio en sí mismas, sino un medio para alcanzar la iluminación.
Esta fue la parábola que Gautama Buda contó a sus seguidores para explicarles la importancia de practicar el desapego y no aferrarse a las cosas, las experiencias o las relaciones. Sin embargo, ¿cuántas veces nos aferramos a la balsa y la arrastramos con nosotros a lo largo del viaje, a pesar de que es completamente inútil?”[1]
¿Sabes cuáles son los mayores remordimientos que podemos tener en la vida? Haber hecho actividades que no traían ningún beneficio, que no nos hacían sentir bien, que no nos hacían sentir vivos.
Una vez tenemos claro cuáles son las cosas que claramente son una pérdida de tiempo en nuestra vida, es momento de preguntarnos: ¿Qué y quiénes merecen mi precioso tiempo?
El arte de no desperdiciar la vida y no dejarse abrumar por los acontecimientos del pasado está bien explicado en la filosofía budista en la historia de la balsa.
La balsa no solo representa posesiones materiales, representa todo lo que te ata y te impide alcanzar tu máximo potencial. Pueden ser relaciones interpersonales que han perdido su razón de ser o incluso ciertos rasgos de personalidad o creencias que nos mantienen atados.
En este sentido, me gustaría hacerte una pregunta: cuando estás tratando de tomar una gran decisión, generalmente piensas que tienes una sola opción, ¿no?
Por ejemplo, no amas tu trabajo; tus dos opciones son: quedarte en un trabajo que odias o irte y quedarte desempleado.
Pero no acaba ahí, luego sumas este pensamiento: Me quedaré sin trabajo y me moriré de hambre porque nunca podré encontrar otro trabajo. ¡No! Siempre tienes otra opción. Por más difícil que sea verla, siempre hay otra opción.
¿No puedes dejar a los que te hacen sufrir? ¿Tienes miedo de dejar a tu pareja? ¿Te gustaría cambiar de trabajo, pero tienes miedo de no encontrar uno mejor?
Corres el riesgo de quedar prisionero en la balsa, impidiéndote llegar a la otra orilla. Allí podrías encontrar lo que buscas.
Sólo tú puedes crear tu vida. Si no te gusta quedarte en la balsa, solo tú puedes decidir bajarte.
Cuando finalmente puedas decirte a ti mismo: Esto es lo que me gusta, esto es lo que me emociona y me hace sentir bien, esto es lo que realmente me importa, significará que has encontrado el coraje para abandonar esa vieja balsa.
Tropiezas, te caes y te levantas. Tu vida nunca será perfecta, habrá días buenos y otros para olvidar. Lo que importa es cómo reaccionas a los cambios.
No se trata de cambiar al instante: lo que eres, para bien o para mal, se ha consolidado con el tiempo. Pero puedes hacerlo.
Tienes que entender lo que te está frenando.
Tal vez un camino terapéutico pueda arrojar luz. El motivo que mantiene en su lugar los patrones más familiares nunca es obvio o banal. Se esconde en la vida afectiva y la historia de la persona.
[1] https://rinconpsicologia.com/balsa-parabola-budista-apego/
Referencias:
[1] https://rinconpsicologia.com/balsa-parabola-budista-apego/