“El Señor es mi pastor…”
Quirosofía
¡Levántate...
“Flexibilidad, capacidad de adaptación, resistencia, elasticidad, fortaleza, solidez... todas estas palabras se pueden utilizar como sinónimos de resiliencia”
[1].
¿Y es que todos esos adjetivos no son exactamente iguales a los que califican la Quiropráctica?
La palabra es de uso (por no decir que abuso) extendido hoy en día. Tengo la impresión, aunque quizá peque de injusto, que no pocos hablan de resiliencia sin saber mucho o bien de qué va la cosa.
En todo caso, lo que más me llama la atención es lo de moda que está. El vocablo fue acuñado para las ciencias sociales, en 1972.
Pero, si acaso hace unos 10 o 15 años comenzó a ser tendencia. Ni hablar de cuánto en los círculos de ‘literatura’ de autoayuda… En fin.
Lo que importa es lo que quiere decir.
Y lo que el concepto de resiliencia dice es lo que hace la Quiropráctica:
“La capacidad que tienen las personas de afrontar situaciones difíciles y dolorosas y superarlas. Pero, sobre todo, salir fortalecidos de estas experiencias.
Por este motivo, la resiliencia no es solo flexibilidad y es más que ser resistentes y fuertes. Ser una persona resiliente significa permitir que la experiencia traumática nos atraviese, aprender de ella y luego ser capaz de dejar atrás el sufrimiento que ha causado… en vez de dejarse llevar por el dolor sabe elaborar el trauma y obtener aprendizajes de lo ocurrido.”
[2]
Un cuerpo cuya espalda está aquejada de subluxaciones, las supera mediante el ajuste Quiropráctico; la persona recupera al término de la sesión Quiropráctica, flexibilidad y resistencia.
En cuanto a lo que a dolor se refiere, ya aquí, en E-quilibrium, se ha insistido una y otra vez que para la Quiropráctica es una señal, un indicador: la Quiropráctica aprende del dolor, tanto en cuanto, identifica en la espalda la causa de fondo, la aborda, la trata y la supera.
Como sucede en y con las personas resilientes.
Quips
…y anda!
Son 35 millones de personas las que pasaron por el Quiropráctico, en 2019, sólo en Estados Unidos.
Desde el punto de vista físico, todas ellas restablecieron su equilibrio corporal cada vez que ajustaron su espalda.
Fueron resilientes.
Pero, además, desde el punto de vista emocional, hicieron otro tanto.
La Quiropráctica, al devolver a su justa posición tu columna vertebral, permite el flujo continuo y expedito de las comunicaciones que van del sistema nervioso central a todas y cada una de las partes que integran tu persona.
Eso, por supuesto, implica que por tu cuerpo circulen libre y normalmente los productos químicos responsables de tu estado emocional, las hormonas.
Insisto:
el ajuste Quiropráctico, continuo y programático, hace que mente y cuerpo vuelvan a estar bien conectados.
Así que, ven a Equilibrium y levántate de la camilla, ajustado, como nuevo y fortalecido.
Sé resiliente. Es justo y necesario.
Equilibrium Vitae
“...nada me falta.”
¡Soy resiliente!
¿Cuál es tu nivel de resiliencia? ¿Cuál es tu capacidad para hacer frente a dificultades inesperadas?
Las personas resilientes y equilibradas saben cómo resistir el estrés y aprender valiosas lecciones de experiencias difíciles. La resiliencia es el proceso de adaptarse positivamente a las situaciones más desafiantes y agotadoras.
Las personas más resilientes se recuperan de las experiencias traumáticas de forma duradera, eficaz y sabia. En situaciones difíciles y estresantes, encuentran la manera de arreglar las cosas: tienen confianza en sí mismos y reaccionan proactivamente y sin hacerse las víctimas.
Mide tu nivel de resiliencia
Evalúa qué tan resiliente eres.
Asigna una puntuación, del 1 al 5, a cada una de las 21 afirmaciones de abajo; sabiendo que:
1 = muy poco; 2 = poco; 3 = suficiente; 4 = mucho y; 5 = mucho.
Es importante que respondas objetivamente.
- En una situación de crisis o caos, mantengo la calma y me concentro en hacer lo que se necesita.
- Suelo ser optimista. Considero momentáneas las dificultades y cuento con superarlas.
- Soy capaz de tolerar altos niveles de ambigüedad e incertidumbre en las situaciones.
- Me adapto rápidamente a los nuevos desarrollos. Soy capaz de recuperarme de las dificultades.
- Tengo una disposición alegre. Encuentro el lado humorístico en situaciones tormentosas y puedo reírme de mí mismo.
- Tengo confianza en mí mismo, tengo un buen nivel de autoestima.
- Me siento preparado para el cambio, aunque reconozco mis limitaciones.
- Sé recuperarme emocionalmente de pérdidas y derrotas. Tengo amigos con los que desahogarme. Puedo expresar mis sentimientos y pedir ayuda. Mis momentos de ira y desánimo no duran mucho.
- Soy curioso, hago preguntas, quiero saber cómo funcionan las cosas. Me gusta experimentar con nuevas formas de hacer.
- Saco lecciones valiosas de mis propias experiencias y de las de los demás.
- Soy bueno para resolver problemas. Tengo buenas habilidades lógicas y analíticas, puedo ser creativo o usar el sentido práctico.
- Se me da bien hacer que las cosas funcionen bien. A menudo me piden que dirija grupos y proyectos.
- Soy muy flexible. Me siento cómodo con mi naturaleza compleja y ambivalente (por ejemplo, optimista y pesimista; confiado y cauteloso; generoso y egoísta; entre otros).
- Sigo siendo yo mismo, aunque me he dado cuenta que soy diferente en diversas situaciones.
- Prefiero trabajar sin una descripción de trabajo por escrito. Soy más eficaz cuando soy libre de hacer lo que me parece más adecuado para cada situación.
- Puedo "leer" bien a las personas y confío en mi capacidad de intuición.
- Soy un buen oyente. Tengo buenas habilidades de empatía.
- No juzgo a los demás, me adapto a sus diferentes estilos de personalidad.
- Tengo una gran resistencia, aguanto bien los momentos difíciles. Bajo mi forma colaborativa de trabajar con los demás, tengo un espíritu independiente.
- Las experiencias difíciles me han hecho mejor y más fuerte.
- He convertido situaciones desafortunadas en oportunidades y he encontrado ventajas en experiencias negativas.
Cálculo de la puntuación final y resultados
Suma las puntuaciones de las 21 afirmaciones. Lee el resultado correspondiente a continuación:
Si has conseguido una puntuación superior a 90:
Ya eres muy bueno para recuperarte de las desgracias y puedes resistir bien bajo presión continua. El test confirma que puedes moverte bien en muchos aspectos: te gusta aprender de nuevas situaciones y puedes adaptarte rápidamente a contextos nuevos y cambiantes. Tienes buenas estrategias para afrontar situaciones y sabes cómo usarlas, manteniendo la calma.
Si obtuviste una puntuación entre 70 y 89:
Obtuviste una puntuación media-alta. Posees un buen nivel de resiliencia, pero aún puedes aprender de situaciones fuera de tu rutina si confías en tus recursos internos y las habilidades que has perfeccionado con las experiencias que ya has vivido. Tienes una buena motivación y, por lo tanto, puedes volverte aún más hábil para recuperarte de situaciones adversas.
Si obtuviste una puntuación entre 50 y 69:
Puntuación media-baja, en la escala de resiliencia. Significa que eres capaz de lidiar con situaciones difíciles, más de lo que crees. Te subestimas y quizás no eres lo suficientemente consciente de todos los recursos que has utilizado en el pasado para salir adelante: reconoces tus méritos y habilidades analizando tu historia de vida con mayor objetividad.
Si obtuviste una puntuación inferior a 50:
Obtuviste una puntuación baja en la escala de resiliencia. Es posibles que vivas fatigosamente la vida, pero no eres consciente de ello. Quizás te cuesta gestionar bien la presión o te angusties con facilidad, sobre todo cuando sales de tu zona de rutina y confort.
No sabes sacar lecciones positivas de las experiencias difíciles, te desanimas, te pones caviloso y te ofendes si alguien te critica.
Es probable que te encuentres sintiéndote impotente y desesperado. Te falta experiencia de vida y, por eso, es importante que te confrontes más con diferentes situaciones y personas: viaja y aprende a adaptarte.
Sin embargo, atención: la resiliencia, como nuestras demás capacidades, no es estable en el tiempo
Si los pierdes, tus mejores aspectos se pueden recuperar. Se fortalecen y se favorecen con nuevas situaciones de vida, con nuevas relaciones y con la propia puesta en juego, en positivo, cada vez que tienes la posibilidad.
Esa es, la idea y propósito de la resiliencia.