Con los pies en tierra.
Quirosofía
Manos y pies:
Soportes de tu soporte.
Las manos de Quiropráctico, prestan soporte a tu columna Vertebral.
Tus pies, bien cuidados, también hacen de soporte a tu columna.
Te consta cómo, en E-quilibrium, mis manos realizan en tu espalda el ajuste quiropráctico. Pero, quizás te pasa desapercibido que también miro y hago por tus pies. Vamos por partes.
Lo primero es distinguir las dolencias propias del pie de las que afectan a la columna vertebral.
Para las primeras, está la podología: una rama de la medicina que se hace cargo de la fisiología prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las patologías de los pies.
Luego de estudiar cuatro años los 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos que conforman cada uno de nuestros pies, el podólogo es el especialista que realiza en sus pacientes exploraciones biomecánicas, en camilla o en marcha.
Pero, igualmente, el pie influye de manera significativa en la postura de cuerpo; es decir, en la columna vertebral. Por tanto, el pie es también objeto de interés para la Quiropráctica.
El Quiropráctico lo primero que hace, al tener frente a sí a su paciente, es evaluar su postura corporal; es decir, el grado de alineación articular de cada uno de los segmentos corporales. A mayor desalineación, más tensión y fatiga muscular y, en consecuencia, incomodidad o dolor.
El Sistema Nervioso Central (SNC), que se esparce desde la columna vertebral, es el emisor de, por decirlo de una manera sencilla, la señal de postura correcta a todo el cuerpo. Eso incluye a nuestros pies, como los principales receptores posturales.
Resumiendo: los pies reciben el mensaje ‘postura correcta’ del cerebro y el SNC; pero, al mismo tiempo, los pies envían de vuelta información sobre la situación y posición de nuestro cuerpo. Esto significa que, por ser
los pies el punto de apoyo de todo nuestro cuerpo,
condicionan la alineación de la columna vertebral.
Por tanto,
si nuestros pies van mal
– por calzado inapropiado, pies planos, pies muy arqueados o una manera inadecuada de pisar al caminar, entre otras razones más -,
la columna vertebral sufrirá subluxaciones.
El Quiropráctico hace los ajustes necesarios para devolver la mecánica correcta de nuestros pies, reequilibra la posición y flexibilidad de los tobillos y la fuerza de nuestra pisada.
Ya ves cómo el titular de esta sección cobra total sentido para tu salud y bienestar:
¡Manos y pies son soportes de tu soporte!
Quips
De la cabeza
A los pies.
Fascitis plantar.
Nop. No es el término latino para “plantarle cara al fascismo”.
Es una dolencia, bastante más difundida de lo que uno pueda imaginar:
“Es una de las causas más comunes del dolor de talón. Implica la inflamación de una banda gruesa de tejido que atraviesa la planta del pie y conecta el hueso del talón con los dedos de los pies (fascia plantar).”
[1]
Así que, si sientes dolor en la base de tu talón, puede ser fascitis plantar. Es algo usual entre: los que practican deporte; personas que usan zapatos con plantillas inadecuadas o de escaso soporte - atención mujeres con calzado de tacón alto -; personas con sobre peso.
Pues bien, sufras o no de fascitis plantar, tengas o no tengas molestias en tus pies, cada vez que vienes a E-quilibrium a ajustarte, miro tus pies.
Miro por ellos y para ellos y también por y para tu espalda: observo si están bien alineados, por sí mismos y en relación a tu columna vertebral,
porque
se influyen mutuamente.
Cuando la alineación es deficiente, cosa muy frecuente, se genera una postura deficiente y afecta tu forma de caminar. Si caminas presionando de manera desigual sobre las plantas de tu pies, tobillos y rodillas, tarde o temprano, presentarás molestias, dolor o hasta fascitis plantar.
Así que lo que hago es realizarte un ajuste general de tu espalda, enfocándome en los nervios de tus piernas. Cuando la columna vertebral está bien alineada, envía a tus piernas el mensaje adecuado y obtienes alivio de tu molestia o dolor.
También me concentro en la parte baja de tu espalda. De ahí parten la mayoría de las señales nerviosas que llegan a tus pies. Te ajusto y reequilibro esa zona.
También puedo, generalmente lo hago, realizar ajustes directos y específicos sobre tus piernas y pies. Pero, el ajuste general de tu espalda siempre cubrirá y te servirá para todas y cada una de las partes de tu cuerpo.
¡Eso es lo maravilloso de la Quiropráctica, te genera salud y bienestar de la cabeza a los pies!
Finalmente, es importante que mires por caminar bien, descansar lo necesario y hacer uso de un calzado adecuado.
Equilibrium Vitae
Lo que tus pies dicen de tus emociones.
Los pies representan nuestro progreso en la vida. Los pies nos sostienen.
Son nuestro contacto con la tierra y, al igual que los demás órganos de los sentidos, están conectados con nuestro sistema nervioso. El hecho de que su desequilibrio represente un malestar emocional es ampliamente hablado por diversas disciplinas orientales, incluida la medicina tradicional china.
¿Qué nos dice nuestro cuerpo a través de las molestias en los pies?
El actual término de medicina psicosomática describe el enfoque de tratamiento y visión que identifica las conexiones entre la naturaleza de la manifestación somática en sí, el síntoma, y la posible causa proveniente de la psique.
A través del abordaje de la medicina psicosomática se puede tratar las manifestaciones físicas, llamadas síntomas o enfermedades por la medicina, sin desvincularlas del estado emocional del paciente.
Las dolencias que todos sufrimos no están en absoluto separadas de nuestra forma de ser, vivir y sentir. La enfermedad no es solo la incomodidad de un solo órgano, sino la desarmonía de mente-cuerpo-espíritu.
Un dolor en el pie no puede ser aislado. Si excluimos todos los factores orgánicos que pueden comprometer la salud de los pies, los cuales impiden o limitan parcialmente el caminar bien, éstos encuentran una estrecha relación con las dificultades que tenemos para cumplir y comprender nuestro propio destino.
Veamos lo que queremos decir con esta afirmación.
En clave psicosomática, el dolor en los pies está ligado al miedo de no poder avanzar. Es decir, al miedo a quedarse en el sitio y a no sentirse realizado. En definitiva, a sentirse bloqueado e incapaz de hacer lo que uno quiere. A no realizar los propios sueños.
Arrastrar los pies indica timidez y, también, la conciencia de progresar con dificultad en la vida.
Caminar con los pies hacia adentro denota una naturaleza introvertida y una negativa a crecer. Indica el deseo de querer seguir siendo un niño para siempre.
Retirar pedazos de piel de debajo de los pies indica frustración. Se remonta a un sentimiento de vergüenza, de no aceptación de uno mismo:
“me gustaría ser otra persona, me gustaría cambiar de piel”.
El malestar causado por unos pies hinchados guarda conexión inconsciente con sentirse limitado, insatisfecho con lo que se hace. Impotencia ante ciertos acontecimientos de la vida o una vida amorosa infeliz o un trabajo sin recompensa.
Los calambres en los pies están vinculados a estados de tensión originados por el miedo. Y, en general, los pies indican miedo, incertidumbre por el futuro y pasos a seguir.
Los pies entumecidos simbolizan la situación de la que en realidad uno quisiera escapar.
El dolor en el talón representa las raíces, la base, la estructura sobre la que descansamos para avanzar mejor en la vida. El dolor de talón muy a menudo está relacionado con la sensación de que falta el suelo bajo nuestros pies. “Ya no me gusta mi trabajo, pero no veo qué más puedo hacer”.
Si el dolor persiste, indica una situación de dependencia emocional o económica de otra persona para sus necesidades básicas.
El hallux valgus, comúnmente conocido como juanete, es una desviación del dedo gordo del pie hacia el resto de los dedos.
La causa psicosomática de esta patología es la sobrecarga de responsabilidad, sentir el mundo sobre los hombros, constantes preocupaciones familiares, laborales, ansiedad de rendimiento, dificultad para tomar decisiones, dudas.
Traumatismos, fracturas, contusiones también suelen ser una necesidad a la que acude nuestro cuerpo-mente-espíritu para inmovilizarnos parcialmente durante un tiempo determinado.
Nuestro cuerpo y cerebro nos dicen: disminuye la velocidad, reflexiona, escucha, toma un descanso.
Habla con alguien que realmente te escuche. Desahoga.
Vuelve sobre tus pasos y ven regularmente al Quiropráctico.
¡En Equilibrium eres siempre bienvenido!