Homo sapiens-sapiens
Quirosofía
“Hola, me llamo Selam.
Y no pude ir al Quiropráctico… lamentablemente.”
El hallazgo, en diciembre de 2000, de este esqueleto que veis casi completo es la evidencia más clara de las adaptaciones bípedas en una columna vertebral homínida antigua.
Con más de tres millones de años, este fósil narra el apasionante paso evolutivo del único ser sobre el planeta Tierra que dejó de desplazarse sobre cuatro patas, para sólo hacerlo sobre dos pies: el Homo sapiens.
Hago uso de mi libertad e imaginación, con perdón de la redundancia, para darle voz y conocimientos contemporáneos a quien os presento hoy:
- Hola, me llamo Selam. Nací en Dikika, una zona desértica al norte del país que hoy llamáis Etiopía.
Soy una niña Australopithecus afarensis. Antecesora vuestra. Mi columna vertebral, lo demuestra: doce vértebras torácicas, doce pares de costillas; tal como vosotros, y menos que la mayoría de los simios. Aunque mis rasgos me hacen lucir parecida al chimpancé.
¡Soy la prueba (ex)viviente de la bipedestación!
Así es, mis queridos parientes: hace más de tres millones de años, ya yo caminaba sobre mis dos pies.
Me montaba aún en los árboles, eso sí. Quién no lo iba hacer. Era más seguro dormir entre ramas que exponerse a depredadores. Si no lo hubiera hecho, habría sido extinguida y no habrías podido llegar tú, Homo sapiens.
Te cuento todo esto para llamar tu atención acerca de la maravilla que significa ser tu: ser humano.
Con sólo mirar tu espalda tienes, tu columna vertebral.
¿Sabes por qué dejé de desplazarme sobre cuatro manos y aprendí, antes que tú, a caminar sobre dos pies?
Porque quise ver más lejos, al horizonte, y anticipar: a los animales que temía o deseaba comer; a mis enemigos; a los míos, para salir a su encuentro.
Me erguí. De una columna vertebral paralela al suelo, pasé a tener una vertical. Me hice bípeda.
Y llegó el dolor. En la espalda. En las rodillas, en los pies. En las articulaciones. Creo que mi cuerpo resintió un salto evolutivo tan grande.
La prueba de lo grande que fue el salto es tu cerebro: más grande y pesado que el mío, y que en tu columna vertebral tiene el soporte adecuado a tu cabeza e inteligencia…
No. No había Quiroprácticos, entonces. Hubiera sido maravilloso. Para que nos ayudaran a aliviar esos dolores que aparecieron por primera vez.
Quizás fue el costo que tuvimos que pagar por obtener otras, muchas otras y mejores ventajas, en comparación con el resto de los seres vivos.
Desde la privilegiada perspectiva que me da un montón de años previos a vuestra aparición, no lo entender cómo, con todo el conocimiento y avances científicos que habéis alcanzado, seguís sufriendo de dolores de espalda.
No os hace falta, ¡id al Quiropráctico!
Deseo para ti y los tuyos, y para todo Homo sapiens en pie sobre La Tierra, lo que mi nombre, Selam, dice y significa:
¡Paz!
Gracias a Selam por su relato y crédito total a su descubridor, el paleo-antropólogo Zeresenay Alemseged, catedrático de antropología en la Academia de Ciencias de California, en Estados Unidos.
De mi parte, confirmaros la importancia que tiene nuestra columna vertebral y, por supuesto, su cuidado.
Quips
¿Mala postura? ¿Buena postura?
Sí y no
Que adoptes una mala postura corporal, sentado, de pie o caminando, no es algo inusual o excepcional. Nos ocurre a todos, a cada rato y sin que caigamos en cuenta de ello.
La razón por la que es prácticamente imposible evitar, de manera indefinida, posturas corporales inadecuadas está en nuestra propia naturaleza anatómica.
La columna vertebral de nuestros antepasados no funcionaba en vertical. Era horizontal. Caminábamos y trepábamos sobre cuatro patas (o manos, si lo prefieres), como todos los demás mamíferos – menos los cetáceos, claro está -.
Al pegar el estirón evolutivo, nos volvimos el único mamífero bípedo sobre el planeta.
Lo que llamamos una mala postura, es una suerte de mecanismo de recordación de nuestra columna horizontal: la espalda, después de estar mucho tiempo en posición vertical, “ruega” nos encorvemos o saquemos adelante la barriga y aliviar así el peso de nuestra cabeza y tórax.
Hay ejercicios para corregir una mala postura. En el próximo E-quilibrium te los daremos. Te adelantamos ahora que, la condición común en todos ellos es, espalda recta, estirada.
E ir al Quiropráctico. La regularidad con la que te ajustas la espalda es directamente proporcional a tu columna vertebral bien alineada.
Para eso, cuentas con Equilibrium.
Equilibrium Vitae
Lo que dice de ti tu postura corporal.
Hay una interacción constante entre los estados corporales y los estados psíquicos.
La postura influye en los estados psíquicos, al igual que los estados mentales influyen en nuestra actitud postural.
Por ejemplo, asumir una postura erguida y abierta mejora la percepción del cuerpo y la respiración. Esto conduce a un aumento en los niveles de oxígeno en la sangre y alivia la tensión muscular. ¿Consecuencias? Se alivian los síntomas de ansiedad y depresión.
Una posición cerrada con el cuello apretado entre los hombros, la barbilla hacia adelante y la espalda encorvada puede indicar un malestar emocional y generar repercusiones a nivel físico. Las tensiones musculares aumentan y disminuye la eficiencia respiratoria. El dolor de espalda y el dolor de cabeza son los síntomas somáticos más frecuentes.
La postura ideal es aquella en la que los segmentos del cuerpo están alineados verticalmente, las fuerzas de compresión se distribuyen de manera óptima en las articulaciones y no se ejerce una tensión excesiva sobre los ligamentos o los músculos.
La postura rígida es la denominada "espalda plana". Una contracción muscular excesiva que provoca una pérdida parcial de la curva lumbar natural. En la imagen, se corresponde con la chica más a la derecha. Está relacionada con la introversión.
La persona introvertida está muy enfocada en su propio mundo interior. Tiende a rumiar pensamientos, es muy reflexiva e hipervigilante. No cuenta con buena expresividad. La manifestación de sus emociones es tan limitada, que parece inhibida y distante.
En
la postura de balanceo hacia atrás, la pelvis se posiciona por delante del pecho, lo que obliga a las caderas a una extensión forzada. Esta posición produce con frecuencia dolor lumbar. En la imagen, se corresponde con la chica más a la izquierda.
Esta postura también está también asociada a personas introvertidas y que valoran el dominio y el control.
La postura curva se caracteriza por el aumento del arco natural de la espalda, con la cabeza y cuello estirados hacia adelante.
Los hombros a menudo cierran también hacia adelante, las vértebras se resienten sobre la cadera flexionada y las rodillas están hipertensas.
Esta postura está asociada a dolores somáticos. En la imagen, se corresponden con las dos chicas centrales. Simbólicamente, quien asume esta postura soporta el peso del mundo. Es la persona que tiene la necesidad de hacerse cargo de todo y de hacerlo solo.
Hacer consciente la propia postura y tratar de mantener la posición ideal, no es otra cosa que trabajar en el crecimiento personal de uno mismo.