Ser adulto.
Quirosofía
¿Por qué duele la espalda alta?
Diez causas.
“Encontrar información sobre salud y bienestar es fácil. Está en todas partes. Pero encontrar información confiable, relevante y utilizable puede ser difícil e incluso abrumador.”
Así se expresa
Medical News Today, un portal Web al que acuden mensualmente más de 85 millones de personas, para saber de las últimas noticias de la investigación científica en salud.
Del medical News News Today extraemos un resumen del artículo que, acerca de las causas del dolor en la espalda alta, suscribe el especialista en cirugía ortopédica, el Dr. William Morrison:
Usualmente, el dolor en la espalda alta es el resultado de una mala postura, uso excesivo del músculo o lesión.
La espalda alta es el área entre la base del cuello y la parte inferior de la caja torácica. Tiene 12 huesos que forman la espalda superior, la que los médicos llaman columna torácica.
El primer hueso de la espalda alta empieza en la base del cuello, y el décimo segundo hueso termina justo debajo de la caja torácica.
El dolor de la espalda alta puede aparecer en cualquier lugar entre estos huesos. La mayoría de las personas describen el dolor de la espalda alta como una sensación de ardor o tensión en una zona, donde puede haber una lesión o un esguince.
Siendo menos común que el dolor de la espalda baja o de cuello, varios estudios indican que uno de cada diez hombres y una de cada cinco mujeres, podrían sufrir dolor en la espalda alta.
Las causas comunes incluyen las siguientes:
- Mala condición física del músculo y mala postura. Es posible debilitar los músculos con el tiempo, al dejar de usarlos correctamente.
- Uso excesivo del músculo. Tiene su origen en la repetición de los mismos movimientos todo el tiempo.
- Lesión traumática. Accidentes; resbalar y caer; levantar objetos incorrectamente; exceso de ejercicio.
- Hernia de disco. Ocurren cuando una parte de un disco vertebral perfora y presiona la columna.
- Nervios pinzados. Una hernia de disco puede deslizarse tanto que comprime el nervio cercano.
- Osteoartritis. El cartílago que amortigua y protege los huesos puede desgastarse con el tiempo.
- Dolor miofascial. Proviene de problemas en el tejido conectivo en la espalda, llamado fascia.
- Infección de la columna. Por acumulación de gérmenes y pus entre la médula y los huesos de la columna.
- Cáncer de pulmón. Puede haber complicaciones que hagan que el cáncer se propague a los huesos.
- Otras condiciones. Tales como, escoliosis; fibromialgia; deformidad de la columna; cifosis problemática.
Las primeras cinco causas del dolor de espalda alta son las más frecuentes. Las otras cinco, son menos frecuentes y hasta excepcionales.
Todos esos dolores tienen en la Quiropráctica, una de las más eficientes maneras de prevenirlos. En obligatoria compañía de la ejercitación, buena alimentación y descanso.
Para sanarlos, la Quiropráctica tiene tan clara su posibilidad de lograrlo, con muchos de ellos, como la necesidad de remitir la solución de aquellos que escapan a su competencia a otras posibilidades; a saber, los antibióticos, la fisioterapia o la cirugía.
Quips
Sí, el dolor empieza atrás…
Ahí arriba.
Del dolor en la parte baja de la espalda, o lumbalgia, ya hablamos en el anterior E-quilibrium. Es el más frecuente.
El dolor en la parte alta de la espalda se corresponde con el área anatómica-espinal más compleja; entre otras razones, por ser la primera línea de soporte del peso que suman cerebro, cráneo y músculos: ¡hasta ocho kilos!
El cuello es el asentamiento predilecto de la cervicalgia. Puede provocar, a su vez, dolor de cabeza, mareos o contractura de hombros.
Para ese malestar de cuello, la Quiropráctica tiene la excelente noticia de lograr
devolver al cien por ciento la rotación de las cervicales que tienen a su cargo el movimiento del cuello. La sensación de alivio que produce el ajuste de cuello es potente e inmediata.
Para el resto del área superior de la espalda aplican todas las ventajas y beneficios que otorgan el ajuste Quiropráctico: la alineación correcta de la columna restablece las condiciones necesarias para recuperar la salud y ganar en bienestar.
¡Qué el dolor de espalda no te dé de baja la plenitud vida que te mereces!
Ven a Equilibrium y siéntete bien, constante y continuamente.
Equilibrium Vitae
Las raíces del problema:
Psicosomáticas.
¿Es posible que un dolor de espalda común tenga raíces que se hunden en nuestra psique incluso antes que en nuestro cuerpo?
Pues sí, la espalda puede ser el espejo de nuestra relación con la vida, con todas sus implicaciones neurológicas y emocionales.
El dolor de espalda no siempre es atribuible a patologías específicas de huesos, músculos o articulaciones.
El malestar también puede surgir como consecuencia de una emoción negativa reprimida.
Asumimos demasiadas responsabilidades y compromisos, hasta que el cuerpo nos dice, ¡basta! No es casualidad que en el lenguaje cotidiano se diga llevar una carga, como metáfora de la persona doblada bajo un peso.
En el lenguaje psicosomático, los huesos representan lo más profundo de nosotros. Es la estructura o andamiaje de nuestra vida. Si algo o alguien nos turba, conmueve o hiere profundamente, nuestra estructura ósea lo expresa con sufrimiento o molestia.
Así, por ejemplo,
la esfera sexual no satisfecha guarda relación con la rigidez lumbar. La parte inferior de la espalda está conectada a la pelvis, el área del cuerpo de los instintos e impulsos sexuales. A menudo, la pérdida de movilidad y el dolor en la zona lumbar se deben a bloqueos sexuales o una rigidez moral excesiva que conduce al rechazo de los deseos e impulsos.
Otro ejemplo, las peleas y la rigidez en la nuca. Una mirada psicosomática a la tortícolis podría hacernos leerla
como un aviso de algo a lo que no queremos enfrentarnos directamente. Retraer el cuello es un acto de cierre estratégico, como el caracol. Para protegerse, para no ver, para no afrontar la situación, para no tener que hablar ni explicar. Como si no quisiéramos mirar directamente a lo que está pasando.
Si vivimos en condiciones de ansiedad prolongada - ese tipo de sensación de cansancio extremo, de incapacidad para reaccionar, de malestar generalizado que nunca nos abandona -, nuestro cuerpo tendrá que utilizar energía en dosis masivas.
¡Esto puede ponernos en mayor riesgo de desarrollar trastornos musculo-esqueléticos!
No es fácil para quien vive una rutina y una actitud ante la vida a la que está acostumbrado cambiar de un momento a otro. Pero, paradójicamente, cuando uno toca fondo y empieza a temer las consecuencias para la salud, se descubre dispuesto a hacer cualquier cosa.
Es necesario preguntarnos de manera honesta y profunda sobre qué situaciones de nuestra vida pudiese ser que, de alguna manera, nos molesten, nos hagan sufrir, nos hagan sentir mal hasta el punto de intentar, a través de la enfermedad, evitarlas.
REFERENCIAS:
[1] https://www.pexels.com/es-es/foto/brazo-oficina-reloj-de-pulsera-sin-rostro-4506110/
[2] https://www.pexels.com/es-es/foto/naturaleza-arboles-maletero-parque-6485277/