¿Cuál es la principal causa o motivo de consulta médica?
Acertaste: el dolor.
Pue bien, en esta sección vamos a centrarnos en el dolor físico. Más adelante, en Equilibrium Vitae, hablaremos del dolor emocional.
En el boletín anterior a este, hacíamos reparar en el hecho de que casi un 90% de las personas sufre al menos un episodio de dolor de espalda, lumbalgia la mayoría de las veces, a lo largo de su vida.
El de espalda es un tipo particular de dolor. En la próxima sección, Quips, ahondamos en cómo la Quiropráctica alivia o sana, rápida, específica y directamente, el dolor – o los dolores - de espalda. Ese es uno de los objetivos específicos que solventa con éxito la Quiropráctica.
Son muchos otros los objetivos específicos que la Quiropráctica logra satisfacer, en lo que se refiere a mitigar o eliminar dolores particulares. Es altamente efectiva con el:
- Dolor derivado de una mala postura corporal
- Dolor en extremidades inferiores, rodilla, tobillo, pie
- Dolor causado por contracturas musculares
- Estrés
- Dolor de cabeza
- Dolor de cuello
Esos objetivos específicos
son metas que alcanza satisfactoriamente la Quiropráctica porque
tienen que ver con alteraciones de las funciones músculo-esqueléticas
que el quiropráctico corrige, al ajustar la espalda. Pero,
ninguno de ellos es su objetivo principal.
No nos cansamos de repetir que: por la médula espinal fluye toda la información que el cerebro manda a todo del cuerpo, a sus sistemas y órganos. Gracias a ello es que funciona correctamente nuestro organismo.
La médula espinal está cubierta y protegida por la columna vertebral. Cuando una vértebra se desplaza de su lugar – sufre una subluxación -, se interrumpe o altera ese flujo de información y se producen problemas de salud. Esto ocurre con mucha frecuencia y a todas las personas.
Con otras palabras, alguien que no se ajuste la espalda, tarde o temprano podrá padecer algún malestar o enfermedad y manifestar dolor por ello. Ello no significa que quien va al Quiropráctico no pueda enfermar. Ni que no pueda haber alguna enfermedad porque no haya dolor.
Lo que queremos decir e insistir es que
la Quiropráctica no se dirige a tratar dolores o enfermedades sino a prevenirlos.
Este es
el objetivo principal de la Quiropráctica: mantenerte saludable.
Y, entonces, ¿el dolor?
¡Una señal clara de que estás por reiniciar una vida plena, con la Quiropráctica!
Con el dolor de espalda hay que hacer una distinción entre origen y causas.
- Su origen. Una subluxación o desplazamiento de una o más vértebras. Esto provoca una interferencia en los mensajes nerviosos que se transmiten por la médula espinal y, por extensión, las áreas relacionadas se afectan.
De manera más inmediata, la zona donde se produce la subluxación, la espalda baja, media o alta, se resiente con dolor.
- Causas de la subluxación y dolor de espalda. Son muchas: golpes; sobrepeso; baja condición física; sentarse o caminar mal; tensión nerviosa; movimientos bruscos…
Solución para las causas: alimentación sana, ejercicio, una correcta gestión del movimiento y de las posturas corporales y fuera estrés.
Solución para el origen: alimentación sana, ejercicio, una correcta gestión del movimiento y de las posturas corporales y fuera estrés.
Solución para origen y causas: La Quiropráctica.
De lo contrario, lo que empieza por un dolor de espalda acaba en dolencia severa.
¡Se habla mucho acerca del dolor. Quizás, demasiado. En libros, podcasts, vídeos, charlas… En los hospitales hay unidades del dolor. Incluso existe el especialista en dolor, el algólogo.
Sin embargo, a la misma y paradójica vez, no nos atrevemos mucho a expresar nuestro dolor. Los chicos no lloran, que diría el Miguel Bosé. Y ellas acaso, ¿sí? Ehhh… ¿No saben ellas callar o aguantar mejor su dolor?
Creencias. Sólo eso. Trasnochadas, por demás.
Vamos a hablar aquí de otro dolor. Del que no se puede tocar pero que duele hondo y profundo.
Tiene un sinfín de alfabéticos sinónimos:
Aflicción, agonía, angustia, calvario, congoja, desconsuelo, desolación, duelo, estremecimiento, frustración, gemido, herida, lástima, mortificación, pena, pesar, suplicio, tormento.
…
Ayer terminé de ver, de un solo jalón, la tercera temporada de After life, una serie protagonizada por el humorista inglés, Ricky Gervais.
Es una comedia acerca del dolor. Paradójico, ¿no? Sólo que, ahí radica su grandeza; en la verdad que el humor del protagonista esconde y que, a la vez, revela: la de su desolado dolor por la muerte de su esposa.
Su mujer le daba completo sentido y plenitud a su vida. A la de ambos. Ahora ella no está. Y Tony, el protagonista de la serie, pierde todo deseo de seguir adelante. Excepto para meterse con el prójimo, para incordiarlo y hacerlo víctima de un humor agudo e incómodo que desnuda la vergüenza ajena.
¿No puedo ya ser feliz? Pues, ¡que se joroben los demás!
Que no te caiga mal Tony. No tan rápido.
Es un tipo encantador. Imposible no reírse con las situaciones que genera con sus ocurrencias, travesuras y verbo mordaz.
Míralo más de cerca, sin juzgar. Descubrirás su herida insondable, siempre abierta.
Ten paciencia. Verás cómo, poco a poco, aprende a procesar su duelo. Empatizarás con él, progresivamente.
Hasta que descubre – y uno también con él – que aceptar al otro, tal cual es y con su dolor, le brinda la sonrisa que no acaba nunca.
Hacer feliz a los demás es la propia aceptación. Del dolor propio.
Ya no distingo bien si hablo de dolor.
De Tony.
De ti.
O de mí.
¡Bienvenido siempre, tal cual eres, a Equilibrium!