Inteligencia ¿artificial?
Quirosofía
Columna de la inteligencia.
¿Qué duda cabe de que la inteligencia, nuestra inteligencia, tiene su sede en el cerebro?
Todas las derivaciones que, a partir de ahí, surgen o puedan surgir, no cuentan con firmeza incuestionable. Si el cerebro es algo complejo, su principal “producto”, la inteligencia, también.
La sola visualización anatómica de la red de “autopistas” de nervios que sale de la “torre de control”, que es el cerebro, pone en evidencia que este tema puede ser todo un enredo.
De cualquier modo, y en relación a la Quiropráctica, en E-quilibrium tenemos claro un fundamento acerca de la inteligencia, y actuamos en consonancia con él:
- La inteligencia no es algo y no es algo fijo.
No es un algo, un producto, por así decir. No la podemos ver, pesar o contabilizar (con todo y los test de inteligencia, que no son sino indicadores).
Es un proceso. Está en marcha. Es decir, se desplaza. No es algo fijo:
Irriga, mediante las terminaciones nerviosas que parten de la médula espinal, hasta el último de los órganos. Nuestro cuerpo es inteligente, vale decir.
Por eso, lo inteligente es mantenerlo alineado. Ajustar la espalda ayuda a mantener el bienestar de la vida inteligente por excelencia que eres tú.
Quips
Activa tu inteligencia.
Si el cerebro es el responsable de controlar y regular nuestro funcionamiento como seres vivos, la Quiropráctica da un paso más allá, y dice que:
A través de la columna vertebral, el cerebro ofrece a nuestro cuerpo la capacidad de sanarse y de regenerarse.
Los ajustes Quiroprácticos, que regularmente recibes en Equilibrium, al librarte de subluxaciones e interferencias, permiten a tu inteligencia corporal fluir por todo el organismo.
¿El resultado? Una mente sana en un cuerpo sano.
Algo, por demás, ¡inteligente!
Equilibrium Vitae
Signos visibles de inteligencia.
Es decir, de sentido común.
En el anterior boletín te compartimos cinco principios básicos que, María Álava, en su libro
[1], nos ofrece. Estos son los otros cuatro que propone, y que en Equilibrium suscribimos:
- Cuando seamos capaces de razonar las ideas que nos exponen y podamos argumentar tranquilamente las nuestras, prevalecerá en nosotros el sentido común.
- Cuando ante la aparente gravedad de unos hechos tomamos distancia y sentimos que buscamos respuestas racionales, que no están condicionadas por nuestros sentimientos, estaremos utilizando el sentido común.
- Cuando difícilmente nos sintamos agredidos, aunque verbal o físicamente nos agredan; cuando no sintamos miedo; cuando nuestro corazón no se desboque, cuando nuestros músculos no se tensen, ni sudemos de forma exagerada…, estaremos bajo el control de nuestro SNC, gran aliado y facilitador del sentido común.
- Cuando ante una aparente situación difícil, incluso nueva y sorpresiva, no experimentemos emociones extremas: ira, depresión, angustia, terror…, estaremos utilizando el sentido común.
Todos esos principios, activadores del sentido común, no dan una idea clara de cuándo nos comportamos racional o irracionalmente: de cuándo somos inteligentes y cuándo dejamos de serlo.
El sentido común, apunta Álava, ayuda a enfriar emociones extremas; por eso,
“cuando nos sintamos al límite de algo, cuando no podamos más, o lo veamos todo negro: ¡cuidado!, porque en esos momentos nuestro sentido común «brilla por su ausencia», y fácilmente podemos tomar decisiones erróneas, o provocarnos sufrimientos tan inútiles como estériles.”[2]
Será en esos momentos que podrá acudir en nuestro auxilio algo acerca de lo que trataremos en el próximo E-quilibrium: ¡el sentido del humor!