Se hace camino al andar.
Quirosofía
La espalda es el camino.
O
el recorrido hacia el bienestar.
El ajuste Quiropráctico es eso, en definitiva.
Es el camino que recorre, con sus manos profesionales, el especialista: corrige las disfunciones articulares a lo largo de la espalda de su paciente, restableciendo la correcta posición de la columna vertebral.
La meta, al final del camino, no es otra que al principio: tu bienestar ahora y a largo plazo.
Quips
Columna de tu columna.
Tus pies.
Bien puestos en tierra. Porque
pisar bien es clave para la columna, y viceversa.
A veces un dolor en los pies es reflejo de una subluxación o desajuste en la espalda, producto de caminar de manera inadecuada.
Pero, también, un dolor en la espalda puede ser provocado por lo mismo, por la forma de caminar.
Cuatro recomendaciones: mira hacia adelante mientras caminas, con el cuerpo erguido; camina siempre con un buen par de zapatos; observa tu respiración, si es serena y rítmica, vas bien; y, sobre todo, no hagas uso del móvil, porque encorvas el cuello y te perjudicas.
Equilibrium Vitae
Al volver la vista atrás se ve
la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Tropezar con la misma piedra…
“¿Cómo es posible que nos pasemos la vida cometiendo los mismos errores?” Esa es la pregunta que se hace y nos deja María Jesús Álava, en su libro[1], el que ya te he comentado.
Ella recomienda uno de esos recursos, que en el Equilibrium Vitae anterior te dije compartiría contigo, para no caer en la irritación y mantener tu autocontrol.
Primero hay que entender que, para nuestro cerebro es mucho más fácil volver a responder de la misma manera ante una misma situación, que tener que cambiar.
Por eso, hay que estar alertas. ¿Cómo? Álava nos lo explica, muy bien:
“traer a nuestra mente esas situaciones en las que cometíamos determinados errores y, llegados a un punto que hemos fijado previamente, nos forzamos en
controlar los pensamientos que las originaban; de esta forma provocaremos unos resultados muy diferentes. Esos resultados nos ayudarán a ‘grabar’ en nuestra mente las actuaciones correctas para que, poco a poco, éstas puedan repetirse más fácilmente en el futuro.”[2]
Al advertir ese pensamiento o emoción, que sabemos o hemos identificado nos va a alterar el ánimo, no incurriremos en error alguno. Responderemos asertivamente a la situación.
Así podremos ver, lo que el poeta nos dice: la senda que no se ha de volver a pisar.