Conocer tus límites.
Quirosofía
De-limitar responsabilidades.
¿Sabes qué es una reacción en cadena?
Es un concepto que se capta con fascinante claridad al ver cómo fichas de dominó, puestas en hilera, caen una tras otra al ser golpeada la primera de ellas.
La reacción la provoca, por supuesto, la primera acción. Ese es el momento clave.
Otro tanto pasa en la vida, con lo bueno o lo malo: suele ser una reacción en cadena, generada por un hecho previo que está dentro de los límites de nuestra responsabilidad.
Tal es el caso, del lado negativo, que un día entero de mal humor acarrea el no haber dormido bien. O, por el lado positivo, la buena huella que deja una palabra o un gesto amables. Y así mil infinitos ejemplos más.
Pues bien, a semejanza de lo descrito es
la Quiropráctica: un hecho clave que desencadena el beneficio integral de la persona.
Si es tu deseo que te apoyemos en la responsabilidad de mantener tu salud en óptimo estado, ven a Equilibrium a hacer realidad tu bienestar de manera plena y sin límites:
¡Desencadénate!
Quips
Zona limítrofe de la salud.
La espalda es la geografía dentro de cuyos límites está circunscrito tu centro de salud.
No es esto algo nuevo. Lo has leído varias veces aquí, en E-quilibrium: devolver a tu columna vertebral su alineación natural, redunda en pro de todas y cada una de las partes de tu cuerpo.
En manos de un profesional de la Quiropráctica, ese mapa que es la espalda se convierte en la ruta más expedita para alcanzar el tesoro de la salud.
Un tesoro que, además, se torna inagotable, en la medida que te mantienes en Equilibrium, ajustando regularmente tu espalda.
Lo que barriga llena (bien alimentada) es a corazón contento, lo es espalda bien alineada a cuerpo sano. Y feliz.
Lo que, en otras palabras, es igual a
mens sana in corpore sano – una mente sana en un cuerpo sano -.
Mente sana en espalda ajustada.
Equilibrium Vitae
Asumir: nuestros límites.
Nos quedamos en el boletín pasado en que hay dos cosas que impiden el sufrimiento innecesario; creer en ti mismo y ser consciente de tus límites.
Pues, aquí va lo primero que hay que saber y aplicar: que ambas cosas son lo mismo. Porque,
quien conoce sus propias limitaciones se apoya en sí mismo.
Con otras palabras, sus limitaciones no las entiende como un “hasta aquí”, fijo, inamovible, sino como un “a partir de aquí”. De sus capacidades saca la potencia para desplazar sus límites.
Esa persona que tiene fe en sí mismo evita el sufrimiento, al poner en práctica unos hábitos específicos que aparecen en el quinto capítulo del libro,
La inutilidad del sufrimiento
[1].
Te comentamos libremente varios de ellos, para que tú también los potencies:
- Asumir que nos podemos equivocar. Y aprender de nuestros errores, en consecuencia.
- Asumir que habrá cosas que desconozcamos o no sepamos hacer. No te recrimines por ello y, si quieres, amplia tu aprendizaje.
- Asumir que uno mismo es la mejor fuente de entusiasmo. Intentarlo es lo que le da valor al objetivo que te traces o tengas que cumplir. Eso es lo que llena y satisface.
- Asumir que, muchas veces, las cosas se consiguen más tarde de lo que esperamos. ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar algo tan obvio?
- Asumir que un fracaso no es algo absoluto. Seguir confiando en uno mismo, volver a actuar.
En definitiva, asumir esos hábitos conduce a una vida de bienestar pleno y consciente.
En quince días volvemos con más, para ver cómo hacer depender la felicidad de uno mismo.
Referencias:
[1] Álava, M. La inutilidad del sufrimiento. Madrid: La Esfera de los Libros; 2010; pp. 237-240.