Mira adónde apunta, ¡no al dedo!
La Quiropráctica va más allá del dolor.
El método tradicional de cuidado de la salud, por su parte, trata los síntomas [1] y las enfermedades [2]; es decir, al dolor.
Cuando el sabio señala la luna, el necio mira al dedo. Esta vieja frase de Confucio me resulta prodigiosamente acertada para hacer ver y entender la diferencia de enfoques entre la opción más usada de cuidado de la salud y la Quiropráctica. Ninguno de los dos es mejor que el otro. Más bien, son necesariamente complementarios. Pero tienen un punto de partida distinto.
Veamos, por ejemplo, con el dolor de cabeza; algo tan común como frecuente, que me ayuda a ilustrar lo que quiero decir. Tienes, por un lado, el enfoque tradicional, que pone a tu disposición una amplia gama de, precisamente, analgésicos. El dolor desaparece. Vale. Pero, ¿te cura el problema?, ¿queda eliminada la causa del dolor, el origen del problema? No.
De tu lado, tienes ahora a la Quiropráctica. Te ajusto la espalda y el cuello y, además, de poner en fuga al dolor, tu cuerpo entero alcanza un estado integral de equilibrio y bienestar. ¿Ves ahora adónde apunto? ¡La Quiropráctica aborda tu salud completa!